Un maratón es como la vida misma.
Correr y vivir es lo mismo.
Un maratón es la metáfora perfecta de la vida.
Y es que lo empiezas ingenuo, algo temeroso, pero con ilusión.
Luego pasas por la alegría, incluso por la euforia, sientes que puedes con todo y que eres imparable.
Pero ay amigo…
De repente vienen los altibajos, las dudas, los problemas y sufres…
Sufres mucho.
Tu voz interior trata de manipularte, pero aguantas y confías.
Aguantas y confías.
Y cuando sientes que ya no puedes más tras más de 42 kilómetros.
Ves la meta de cerca y…
Sufres, recuerdas el camino, lloras y ríes, todo en un mismo instante.
Una cascada de emociones te avivan el corazón.
Y por fin cruzas la línea de meta y te sientes FELIZ.
Sientes que puedes conseguir cualquier cosa. Así es la vida y así es el maratón.
Que pases un gran día.
Mariano
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