Hoy es lunes.
Primer día de la semana.
Y, por costumbre, también es el día que nos marcamos para empezar.
Salir a correr más.
Volver a comer mejor.
O, por fin, meter algo de fuerza en la rutina (esa que vamos postergando… como si esperar hiciera que se nos apeteciera más).
¿Y sabes qué?
Que da igual si es lunes, viernes o 3 de agosto.
Lo que importa no es el día.
Es empezar.
El otro día leía a Marcos Vázquez, de Fitness Revolucionario. (No recuerdo si era un post o un email, pero hablaba de los comienzos)
Y tenía razón.
En la cabeza siempre nos decimos: “el lunes arranco”, “en enero me lo tomo en serio”, “cuando tenga tiempo me pongo”.
Pero ese momento… rara vez llega.
Porque la vida no se alinea.
Porque los semáforos no se ponen en verde a la vez.
Porque siempre hay algo más urgente, más ruidoso, más cómodo.
Y entonces esperamos a tener ganas, a estar motivados, a que todo esté “en su sitio”.
Pero esa espera tiene un problema.
Es mentira.
No hace falta un arranque perfecto.
Ni una motivación de 10.
Ni que todo esté en calma.
Hace falta empezar.
Porque lo único que genera movimiento… es el movimiento.
Y sí: empezar pequeño, torpe o a desgana también vale.
Cada paso que das, aunque parezca insignificante, es una victoria contra la inercia.
Así que, si llevas días (o semanas) esperando el “momento”,
te digo esto sin más vueltas:
Empieza. Como sea. Pero empieza.
Y tú, corredor? ¿Te cuesta dar el primer paso?
Si necesitas un empujón, escríbeme: hola@correr.run
“Empieza donde estás. Usa lo que tienes. Haz lo que puedas.”
—Arthur Ashe
Que pases un gran día
Mariano
PD: A veces solo necesitas escribirle a alguien y decirle: “no sé por dónde empezar”. Si eso ya te alivia un poco, aquí estoy. Escríbeme cuando quieras.
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