Cuando queremos hacer algo nuevo, lo primero que hacemos es complicarlo todo.
Si queremos empezar a correr, buscamos el GPS más pepino, las últimas zapatillas con placa, la playlist perfecta.
Si queremos pintar, nos preocupamos por si tenemos talento, por si lo hacemos bien, por si vale la pena intentarlo.
Nos olvidamos de lo básico: antes lo hacíamos sin pensar.
Y lo disfrutábamos.
Si lo piensas, hay dos cosas que todos hacíamos de niños sin darle demasiadas vueltas: correr y pintar.
Daba igual si lo hacíamos bien o mal. No nos preocupaba si el dibujo se parecía a lo que queríamos hacer o si corríamos raro.
Simplemente lo hacíamos. Y nos lo pasábamos bien.
Pintábamos cualquier cosa. La casa, el sol con gafas, un garabato que decíamos que era nuestra familia.
Corríamos por todas partes. Por el parque, por el pasillo de casa, por ninguna razón en particular.
Y luego, de repente, dejamos de hacerlo.
Un día alguien nos dice que no sabemos dibujar. O que correr sin motivo es una tontería.
Y así, poco a poco, nos volvemos más “serios”, más “ocupados”, y dejamos de hacer esas cosas que antes nos daban igual pero que nos hacían sentir bien.
Pero oye, ¿y si no hubiera que dejarlo?
No hace falta ser pintor para pintar ni atleta para correr.
No hace falta que haya un objetivo o un resultado espectacular al final del camino.
Se puede correr simplemente para despejarse. Se puede pintar solo para desconectar un rato.
Y lo mejor es que hacerlo te despeja la cabeza.
Te relaja.
Te ayuda a pensar mejor.
O, simplemente, te da un rato de desconexión de todas esas cosas de adulto.
Así que dale, sin presiones.
La próxima vez que tengas un rato libre, en lugar de mirar el móvil sin rumbo, prueba.
Coge un lápiz y haz un dibujo (aunque sea un garabato sin sentido).
O sal a correr un poco, sin preocuparte por el ritmo, sin reloj, sin meta.
Solo porque sí.
Y quién sabe, a lo mejor te gusta.
Vuelve a hacer las cosas solo por hacerlas.
Si después de esto te entran ganas de volver a correr (o simplemente quieres contarme qué tal te ha ido), escríbeme a hola@correr.run
Me encantará leer tu historia.
Que pases un gran día
Mariano
PD: Si vuelves a correr después de mucho tiempo y te sientes ridículamente oxidado… tranquilo. Nos ha pasado a todos.
Únete a la newsletter que leen cientos de corredores populares
Motivación diaria en tu buzón para correr más y mejor