Desde Navidades llevo usando un pulsómetro de brazo.
Antes estuve años utilizando el clásico pulsómetro de pecho.
Muchos me habéis preguntado cuál de los dos es mejor, y sobre todo, cuál recomiendo.
No me voy a poner técnico ni aburrirte con detalles que solo interesan a los frikis del dato. Como casi todo, depende de gustos… y de para qué lo uses.
Así que vamos al grano: pros y contras.
Pulsómetro de pecho: precisión total, pero incómodo
El pulsómetro de pecho es lo más fiable que hay.
Te da los datos al instante, sin retrasos. Información directa, de primera mano.
Si lo que buscas es saber exactamente el pulso al que vas en cada momento, no hay duda: el pulsómetro de pecho es la opción más precisa.
¿El inconveniente?
Incómodo.
Y más en tiradas largas.
Sudas, se mueve, no siempre se ajusta bien, y hasta puede hacerte rozaduras.
Ese es su mayor contra.
Pulsómetro de brazo: comodidad absoluta, pero menos precisión
Por otro lado, está el pulsómetro de brazalete.
Te lo colocas en el antebrazo o en el bíceps.
Mucho más cómodo. Lo ajustas y te olvidas.
Este es tu pulsómetro si lo que buscas es comodidad y no te obsesiona tanto la precisión milimétrica en cada entrenamiento.
¿El contra?
Tarda un poco más en dar el dato. Hay una pequeña latencia.
Para el 90% de las carreras y entrenamientos es más que suficiente.
¿Dónde puede flojear?
En las series cortas. Ahí no es tan fino con la frecuencia cardíaca.
¿Entonces qué te recomiendo?
Quieres comodidad → pulsómetro de brazo.
Quieres precisión → pulsómetro de pecho.
Y si te preguntas por los pulsómetros de muñeca que vienen en los relojes…
Por mi experiencia, fallan más que una escopeta de feria.
¿Qué pulsómetro usas tú?
Cuéntamelo respondiendo a este correo o en hola@correr.run.
Que pases un gran día
Mariano
PD: Yo uso el de brazo. Comodidad manda.
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