El otro día estaba escuchando a los Rolling Stones.
Entre canción y canción, saltó una que me dejó pensando.
La canción es:
You Can’t Always Get What You Want.
Y me dije… esto es una lección brutal para correr (y para la vida en general).
Cuando estás preparando una carrera importante, hay momentos en los que te dices a ti mismo:
«Qué bueno soy y lo duro que entreno»
Y sí, entrenas, te esfuerzas… pero solo:
Si lo intentas.
Porque aquí no hay garantías.
Por mucho que mires hacia adelante, el futuro no viene con promesas incluidas.
Lo único que tienes es la convicción de que, si lo intentas, quizás consigas esa marca personal, ese sub-lo-que-sea… o NO.
Pero solo si lo intentas.
El problema es que, cuando no sale como queremos, nos frustramos.
Y ahí empieza el bucle: dudas de tus capacidades, pierdes motivación, ves todo más negro que unas zapas después de una carrera con barro.
Y eso, más que ayudar, te hunde.
La realidad es que, si quieres algo, tendrás que intentarlo las veces que haga falta… aceptando que puede que no lo consigas nunca.
Pero mientras tanto, puedes aprender a disfrutar del proceso.
A disfrutar de los entrenamientos, de las sensaciones, de las pequeñas victorias… incluso de los días que salen reguleros, porque forman parte del juego.
Como dicen los Stones:
You Can’t Always Get What You Want.
Pero si ni siquiera lo intentas, seguro que no lo tendrás.
Y lo más importante: que el camino sea tan bueno que, incluso si no llegas, haya merecido la pena.
¿Y tú, querido corredor?
¿Sigues intentando alcanzar tus metas aunque sepas que puede que no las alcances?
Que pases un gran día
Mariano
PD1: La canción no dice nada de correr… pero debería.
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