No se lo estás contando. Se lo estás enseñando.

Una de las cosas más importantes que he aprendido como padre

no tiene tanto que ver con correr…
y a la vez, tiene todo que ver.

Me refiero a cómo transmitir valores.

Esos que de verdad importan:

compromiso, esfuerzo, constancia, gestión de la frustración.

Y no, no se enseñan con discursos.

Se enseñan con el ejemplo.

Puede sonar exagerado, pero te lo digo como lo siento:

la mejor forma que he encontrado de educar a mi hija… es que me vea entrenar.

Sí, entrenar. Correr. Levantarme aunque no tenga muchas ganas.

Volver a intentarlo después de un mal día.

Seguir, incluso cuando no hay aplausos.

Cuando tus hijos te ven entrenar, no están viendo solo a alguien sudando.

Están viendo compromiso.

Están viendo que las cosas importantes cuestan.

Que hay que repetir, insistir, perseverar.

Y sin darte cuenta, estás dejando un mensaje que cala más que cualquier sermón.

Además, normalizan el movimiento.

Para ellos, correr, nadar, hacer fuerza…

no es algo “raro” o “de adultos con tiempo”.

Es algo que está en casa.

Algo que forma parte del día a día.

Y ya sabes:

lo que está en casa… se integra sin esfuerzo.

También aprenden a gestionar la frustración.

A ver que no todos los días salen bien.

Que a veces no apetece. Que a veces se falla.

Pero aun así, se sigue.

Y eso, visto desde fuera, es una lección brutal.

Hay otra cosa importante:

cuando tus hijos te ven cuidarte, aprenden que el autocuidado no es egoísmo.

Que tomarse un rato para uno mismo no es un capricho.

Es una forma de estar mejor. Por dentro y por fuera.

Eso también se entrena.

Y también se enseña.

Y si te estás preguntando si esto realmente les marca…

la respuesta es sí.

Aunque no lo digan. Aunque no lo puedan explicar.

Sienten orgullo. Admiran. Y conectan.

Y eso, créeme, les queda dentro.

Así que sí, puede que entrenar no sea solo por ti.

Puede que también estés educando.

En silencio. Con el ejemplo.

¿Tú también entrenas dando ejemplo?

Cuéntamelo si te apetece: hola@correr.run

Me encantará leerte.

Que pases un gran día
Mariano


PD: No subestimes lo que te ven hacer. Porque a veces, una zancada tuya… es una semilla en ellos.

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