La motivación en los corredores es como una planta.
Hay que regarla a diario.
Cuidarla.
Y no despistarse… si quieres que siga creciendo.
Porque sí, la motivación también se apaga.
No de golpe, no en plan “ya no tengo ganas”.
Se va desgastando poco a poco, casi sin hacer ruido.
Y lo peor es que a veces ni te das cuenta, hasta que un día correr ya no te apetece.
Ni por salud.
Ni por hábito.
Ni por nada.
Por eso está bien tener claro qué cosas la van apagando.
Porque si sabes lo que la mina, puedes estar más atento.
Y sobre todo, puedes evitar perder eso que te empuja cuando no hay ganas.
Aquí van algunos errores comunes que matan la motivación (y que más de una vez hemos cometido sin darnos cuenta):
1/ No tener claro un porqué
Cuando olvidas para qué corres, todo se hace cuesta arriba.
El propósito es el ancla.
Lo que te mueve cuando no hay ganas ni disciplina.
Y si no lo tienes claro, cualquier excusa te frena.
2/ Marcarte metas vagas o imposibles
“Correr más” suena bien, pero no es un plan.
Igual que pasar de correr dos días a preparar un maratón.
Necesitas un objetivo que tenga forma, sentido y que se ajuste a tu vida.
Lo otro solo genera frustración.
3/ Compararte todo el rato
El clásico.
El veneno silencioso.
Porque cuando miras demasiado lo que hacen otros, pierdes de vista lo tuyo. Y lo tuyo importa. Mucho.
Porque nadie más corre con tus piernas, ni vive tus días.
4/ Correr siempre igual
Si todos los días haces lo mismo… te acabas aburriendo.
Tu cuerpo no progresa, y tu cabeza se desconecta.
Mételo variedad:
un día rodaje disfrutón, otro algo de velocidad, otro más largo.
La variedad también alimenta la motivación.
5/ No descansar
Correr más no siempre es mejor.
El descanso no es un premio. Es parte del plan.
Y si no descansas, hasta los rodajes suaves pesan.
La motivación también necesita días libres.
6/ Forzarte en los días malos
Hay días en los que conviene parar.
Y otros, en los que acortar ya es ganar.
Forzarte a salir por orgullo, cansado, quemado…
solo convierte el correr en castigo.
Y eso te aleja justo de lo que más te acercaba.
7/ Obsesionarte con los datos
Ritmo, distancia, pulso, carga…
Todo eso está bien.
Pero si lo cuantificas todo, te cargas la sensación.
Corre por sensaciones. Corre sin mirar el reloj.
Recuerda que esto también era disfrutar del movimiento.
8/ No celebrar las pequeñas victorias
Si solo valoras los grandes logros, te pierdes el 90% del camino.
Ese día que saliste con lluvia.
Ese rodaje que te salió redondo.
Esa vez que saliste sin ganas… y volviste con la cabeza clara.
Todo eso también cuenta. Y motiva. Mucho.
La motivación no se regala.
Se construye. Se protege.
Y sobre todo, se cuida.
Estas son algunas de las cosas que la van apagando.
Pequeñas fugas que, si no ves a tiempo, se llevan por delante las ganas.
Seguro que hay más.
Y si crees que me he dejado alguna, escríbeme y me lo cuentas: hola@correr.run
Así la comentamos en otra newsletter.
Que pases un gran día
Mariano
PD: Esto no va de estar motivado todos los días. Va de entender qué la apaga… y cómo no dejar que se te muera por dentro.
Únete a la newsletter que leen cientos de corredores populares
Motivación diaria en tu buzón para correr más y mejor