Vale, ya está.
Cruzaste la meta. El subidón. Las fotos. El cansancio que se te metió hasta los huesos.
Todo eso ya pasó.
Y ahora… ¿qué?
Esto no se suele decir mucho, pero esta semana importa más de lo que parece.
Porque sí, lo duro ya está hecho.
Pero lo que hagas ahora va a influir directamente en cómo te sientas las próximas tres semanas.
La mayoría se va a un extremo u otro:
o desconecta del todo y se abandona entre caprichos y sofá…
o vuelve a correr demasiado pronto, como si el cuerpo ya estuviera “listo”.
Y la realidad está justo en medio.
Ni exigirte, ni olvidarte.
Esta semana es para escuchar al cuerpo.
De verdad.
Escucharlo de verdad.
No desde la cabeza que te dice “venga, un trote suave no hará daño”,
sino desde las piernas, los músculos, el cansancio acumulado.
El cuerpo habla. Y esta semana hay que dejarlo hablar.
Caminar, moverte sin objetivos.
Trotar si te lo pide, sin GPS, sin mirar el ritmo.
Beber agua. Comer con intención. Dormir un poco más.
No necesitas hacerlo perfecto.
Pero sí estar presente.
Porque el cuerpo sigue trabajando. Solo que ahora lo hace sin ruido.
Yo aprendí esto con el tiempo.
Al principio pensaba que ya estaba, que ya podía “volver a lo de antes”.
Pero luego entendí que esta semana es parte de la carrera. Solo que se corre diferente.
Tu recuperación empieza en serio ahora.
Y no se trata de hacer más. Se trata de hacerlo mejor.
Acompañar al cuerpo en lugar de forzarlo.
Eso es lo que marca la diferencia.
Y tu querido corredor, ¿escuchas a tu cuerpo?
Escríbeme y cuéntamelo a hola@correr.run
Que pases un gran día
Mariano
PD: Si hoy te sientes cansado, para. Si te apetece moverte, hazlo suave. Lo importante no es sumar kilómetros, es recuperar bien. Y para eso, lo primero es esto: escuchar al cuerpo, sin prisas ni castigos. Él te trajo hasta la meta. Ahora dale algo a cambio.
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