Mira, hay una frase que se repite mucho entre corredores:
“Prefiero sufrir entrenando para disfrutar compitiendo.”
Y aunque eso de “sufrir” suene un poco bestia, hay algo que tiene sentido:
El esfuerzo que metes en los entrenamientos… te lo devuelve la carrera.
La pregunta es:
¿Tú dónde disfrutas más? ¿Entrenando o compitiendo?
Hay quienes disfrutan cada vez que se calzan las zapatillas.
No necesitan un dorsal, ni una marca, ni un plan.
Solo salir, moverse, respirar un rato.
Con alguien o solos. Ritmo fuerte o suave. Les da igual.
Lo importante es estar ahí.
Corren por gusto. Y punto.
Otros lo que disfrutan de verdad es la carrera.
El ambiente.
El “vamos” justo antes del pistoletazo.
La mezcla de nervios, ganas y adrenalina.
Para ellos, entrenar es solo el camino.
Y cuanto más se han exprimido entre semana, más tranquilos llegan al dorsal.
Porque saben que han hecho los deberes.
Y luego están los que todavía están buscando su sitio.
Probando planes. Saltándose alguno. Apuntándose a alguna carrera suelta.
Un poco de estructura, un poco de intuición.
Y en ese punto, todo suma:
Un día disfrutas entrenando. Otro, corriendo sin mirar el reloj.
Otro, retándote con una 10K.
Eso también es disfrutar.
Pero si hay algo que marca la diferencia, es esto:
¿El día de la carrera llegas preparado… o solo con ganas?
Porque si en los entrenamientos nunca saliste de tu zona cómoda, ese día toca tirar de orgullo.
Y a veces sale bien.
Pero otras, duele.
Y frustra.
En cambio, cuando has trabajado de verdad, cuando cumpliste incluso los días que no te apetecía, cuando apretaste donde tocaba…
Ese trabajo se nota.
Y la carrera se vive de otra forma.
Te permite levantar la cabeza.
Estar presente.
Controlar el ritmo.
Y terminar con esa sensación de:
“He hecho lo que tenía que hacer.”
Así que vuelvo a la pregunta:
¿Tú qué disfrutas más: entrenar o competir?
Y más importante aún:
¿Lo estás haciendo de la forma que más te llena… o solo por inercia?
Responder a eso, a veces, vale más que cualquier dorsal.
Que pases un gran día,
Mariano
PD: Si te apetece contarme de qué lado estás —de los que disfrutan entrenando, compitiendo o simplemente saliendo a correr—, te leo. No hay respuesta correcta. Solo gente que corre por motivos distintos. Y todos valen.
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