Mira, hoy quiero hacer una confesión.
Una de la que no estoy muy orgulloso.
Estoy engañando a mi mujer.
Sí, lo confieso: mi amante es el foam roller.
Y ya sé lo que dirán muchos gurús del running:
“El foam roller no sirve para nada.”
“Es mejor hacer estiramientos y movilidad.”
Y sí, tienen razón… en parte.
Los estiramientos y los ejercicios de movilidad ayudan mucho. Son clave para recuperar la musculatura.
Yo mismo trabajo la fuerza y la movilidad todos los días, porque quiero seguir corriendo el mayor tiempo posible.
Pero aquí está el tema:
El foam roller me ayuda a recuperar mejor.
Me alivia la musculatura.
Es (casi) como tener un fisioterapeuta siempre a mano.
Con una simple rutina de 10 minutos, sin hacer cosas raras, se pueden conseguir grandes resultados.
Y lo mejor es que te lo puedes llevar a cualquier parte.
Sirve para hacer un montón de ejercicios y descargar los músculos después de correr.
No, no es milagroso.
Si tienes una lesión grave, no te la va a quitar.
Pero para aliviar la presión muscular, soltar tensión y llegar a zonas difíciles (como el psoas o el ilíaco), es oro puro.
Cuando aplicas la presión justa, el alivio es inmediato.
Y cuando te lo pasas por las piernas…
Madre mía.
Quedan como nuevas.
A mí, el foam roller me funciona.
Si quieres una rutina sencilla para aliviar y descargar los músculos después de correr, escríbeme a hola@correr.run y te la paso.
Que pases un gran día
Mariano
PD: No sé si esto es amor, pero lo del foam roller va en serio.
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