Seguro que si llevas un tiempo corriendo, has escuchado esta frase mil veces:
“Escucha a tu cuerpo.”
Y sí, tiene todo el sentido.
Hay que atender a lo que dice, a las señales que lanza, a esos pequeños avisos que, si ignoras, te acaban pasando factura.
Dolores que empiezan suaves y se convierten en lesiones.
Fatigas que parecen flojeras y son alarmas del cuerpo.
O días en los que algo dentro te susurra: “Hoy mejor no corras”.
Pero también te digo una cosa:
A veces, el cuerpo miente descaradamente.
El cuerpo habla… pero también manipula
Porque el cuerpo es listo. Muy listo.
Y cuando puede colarte una excusa, lo intenta.
– “Está lloviendo… mejor descansa.”
– “Hace frío… quédate en casa.”
– “Uy, ese dolorcito justo cuando tocan series… qué casualidad, ¿no?”
Y otras veces es al revés:
Te sientes bien, te vienes arriba y…ZAS!
Ritmo loco, zancadas largas, te marcas un entrenamiento que no estaba en el guión.
Y al día siguiente: piernas fritas y sobrecarga asegurada.
¿Quién no ha pasado por ahí?
Escuchar no es obedecer
Escuchar al cuerpo SÍ siempre.
Pero obedecerlo sin filtros… ahí es donde vienen los problemas.
Hay que saber interpretar lo que nos dice.
Porque:
– A veces el cuerpo te dice que estás fundido… pero solo tienes pereza.
– A veces te pide apretar… y lo que necesita es una semana suave.
Y sí, otras veces… tiene toda la razón del mundo.
El arte está en saber cuándo es una señal real y cuándo es una excusa bien disfrazada.
El cuerpo va por instinto. Tú tienes un plan.
El cuerpo siempre va a elegir el camino corto: comodidad, ahorro de energía, placer inmediato.
Pero correr bien no va de eso.
Va de saber cuándo apretar, cuándo parar, y cuándo seguir aunque no te apetezca.
Un buen plan te ayuda a poner orden.
A entender cuándo hacerle caso y cuándo decirle:
“Sí, ya te he oído… pero hoy se corre igual.”
¿Quién manda aquí?
Tú decides a quién obedeces.
A ese cuerpo que pide sofá a la mínima…
O a ese otro cuerpo, más entrenado, más constante, más disciplinado, que te hace salir incluso cuando la cabeza pone pegas.
Porque esto de correr no va solo de piernas.
Va de cabeza.
Y sobre todo, de decisiones pequeñas, tomadas cada día.
Y tú, querido corredor… ¿escuchas a tu cuerpo o a veces te vende la moto?
Escríbeme y cuéntamelo a hola@correr.run
Que pases un gran día
Mariano
PD1: Yo he caído de los dos lados: de no hacerle caso, y de hacerle demasiado. La clave está en el equilibrio.
PD2: Si tienes un colega que cada vez que llueve «escucha a su cuerpo» y se mete bajo la manta… reenvíale esto → www.correr.run
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