Llega el verano.
Ese momento en el que el reloj se afloja, los días se estiran y hasta el despertador se toma vacaciones.
Y claro…
Llega también esa duda de cada año:
¿Sigo corriendo… o lo dejo para septiembre junto con el gimnasio y los buenos propósitos?
Y aquí hay dos tipos de corredores.
1. Los que paran.
Se lo toman con calma. Cambian zapatillas por chanclas, dorsal por toalla.
Y lo hacen bien. El cuerpo necesita pausas, y la cabeza también.
Eso de parar para seguir es más sabio de lo que parece.
2. Los que siguen.
A su aire, sin estrés. Corren por placer, por mantener sensaciones.
Y también lo hacen bien. Porque no se trata de sufrir, sino de fluir.
Las dos opciones son válidas.
Esto no es una religión. Es un hábito.
Y el hábito, si lo cuidas con mimo, vuelve solo.
Si eres de los que sigue corriendo (aunque sea con más siestas que series), aquí van unos consejos para disfrutar de correr en vacaciones sin agobiarte:
Prueba a correr a horas raras
Un día madruga, otro sal al atardecer.
Hazlo por el puro gusto de cambiar el guion.
Sentir la ciudad dormida… o verla apagar las luces.
Eso también es entrenar: las sensaciones.
Sal sin reloj
Ni ritmos, ni zonas, ni crono.
Solo tú, tus piernas y la calle.
Y si vuelves sin saber cuántos kilómetros hiciste, mejor aún.
Correr sin datos también cuenta (aunque Strava se quede triste).
Date permiso para no correr
El cuerpo pide descanso. El sofá seduce.
Y si un día no sales… no se acaba el mundo.
No estás fallando a tu plan. Estás siendo humano.
Corre con alguien que no corre
Un amigo que lo dejó. Tu cuñado que siempre dice “yo debería”.
Invítale. Acompáñale.
Puede que te odie durante media hora… pero luego te lo agradezca.
Y tú también lo disfrutes. Es otro ritmo, pero es el mismo deporte.
5. Descubre rutas nuevas
Aunque estés en tu ciudad, dale una vuelta a lo de siempre.
Cruza ese puente que nunca cruzas. Métete por ese camino que no sabes a dónde va.
Sorprenderse también entrena la motivación.
6. Apúntate a una carrera en septiembre
No para obsesionarte.
Solo para tener algo ahí, en el horizonte.
Como una lucecita que te recuerda que volverás a tu ritmo, a tu rutina.
Con piernas nuevas
En verano no se trata de correr más.
Ni más rápido.
Ni con más apps, más métricas ni más postureo.
Se trata de disfrutar del simple hecho de poder correr.
De darte cuenta de que no hay prisa.
Que parar un poco no es perder.
Y que aflojar no es lo mismo que rendirse.
Así que, ya sabes.
Baja el ritmo.
Súbele el disfrute.
Y sigue corriendo… si te apetece.
Y si no, también estás en lo correcto.
¿Tú qué sueles hacer en vacaciones?
¿Tienes algún truco o ritual que no falle?
Escríbeme a hola@correr.run y cuéntamelo.
Que pases un gran día
Mariano
PD: Y si corres en chanclas… que sea al chiringuito. Ahí sí tiene sentido.
Únete a la newsletter que leen cientos de corredores populares
Motivación diaria en tu buzón para correr más y mejor