Ayer hubo un apagón en todo el sur de Europa.
Las razones, creo que no las sabremos nunca.
El caso es que algunos corredores, después de correr un maratón (por ejemplo), también sufren su propio “apagón”.
O lo que viene siendo…
La depresión post-maratón.
La tristeza del corredor.
De esto habla Haruki Murakami en su recomendable libro De qué hablo cuando hablo de correr.
En su libro, Murakami menciona el famoso Runner’s Blue.
Esa sensación de nostalgia, abatimiento, desazón…
Un vacío que atrapa al corredor tras una carrera larga.
Mucha gente lo llama directamente depresión post-maratón.
¿Y qué pasa cuando te golpea?
Que pierdes un poco esa obsesión bonita por los detalles de correr.
Que aparece la desmotivación.
Que se apaga, poco a poco, el placer de salir a trotar.
Te apetece descansar más, entrenar menos.
Murakami habla de una “apatía espiritual”.
Un enfriamiento de la pasión.
Y no es casualidad.
Nuestro cerebro «trabaja» para evitar exponernos otra vez a un esfuerzo brutal como el de un maratón.
Saca recursos, a su manera, para protegernos del coste físico y mental que supone una prueba así.
Porque un maratón te transforma.
Creo sinceramente que después de correr uno, ya no vuelves a ser exactamente la misma persona.
Vale, muy bien… ¿y cómo se esquiva entonces la tristeza del corredor?
La mejor manera: socializando.
Compartiendo esas sensaciones que solo otro corredor entiende.
Saliendo a correr acompañado.
Intercambiando historias, emociones, momentos.
Ese es el mejor antídoto contra la depresión post-maratón.
Y tú, querido corredor…
¿Te ha dado bajón después de correr un maratón?
Escríbeme y cuéntamelo a hola@correr.run
Que pases un gran día
Mariano
P.D.: A mí me ha pasado más de una vez. Aunque por suerte, mi cerebro suele “borrar” los malos recuerdos… y hacer que me apunte al siguiente maratón.
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