¿Has sentido alguna vez que corrías contra alguien que ya no existe?
Porque sí… eso también pasa cuando corres.
Saliendo a correr con la grupeta, volvió a salir un tema que seguro te ha pasado también:
Compararte con tu “yo del pasado”.
Hacer memoria. Bucear en los recuerdos. Pensar en cómo era antes todo.
¿Y eso a dónde lleva?
A la comparación.
A poner frente a frente a tu “yo de antes” con tu “yo de ahora”.
Y es que correr también es eso: un ejercicio de memoria.
Vas trotando tranquilo, notas que el cuerpo no responde, que el ritmo no sale…
Y de repente te viene a la cabeza un pensamiento traicionero:
“Esto antes lo hacías sin problema. Antes volabas. ¿Qué ha pasado?”
Y ahí empieza otra carrera. La más dura.
La que corres contra ti mismo. Pero contra el tú de antes.
Nos pasa a todos, sobre todo cuando llevas tiempo corriendo.
Te comparas con tus mejores tiempos, con tus mejores marcas, con tu mejor estado de forma.
Es como si cada zancada de hoy tuviese que estar a la altura de una versión tuya que ya no existe.
Pero no nos engañemos: la comparación es una trampa silenciosa.
Porque el problema no está en mirar atrás.
El problema es hacerlo sin contexto.
Quizás ese “yo del pasado” corría más rápido, sí…
Pero también vivía otra vida.
Dormía mejor, tenía menos lío en la cabeza, otra edad, otras prioridades, otro cuerpo.
Y aún así, usamos esa referencia como medida para juzgar quiénes somos hoy.
¿Pero de verdad estás peor?
¿O simplemente estás distinto?
Puede que ahora te cueste más arrancar, sí.
Pero te conoces mejor.
Sabes cuándo apretar y cuándo soltar.
Tienes la constancia para salir justo esos días en los que el cuerpo no quiere, pero tú sabes que hay que hacerlo.
Antes corrías más rápido.
Ahora corres con más razones.
Compararse no siempre es malo. A veces te recuerda de lo que eres capaz.
Pero si lo haces, que sea con compasión.
Con respeto por todo lo que has recorrido.
Con la conciencia de que la vida cambia, y tú también.
Y eso no te hace peor corredor.
Solo te hace otro corredor.
Como dice Murakami en su libro De qué hablo cuando hablo de correr:
“No sabemos si ya hicimos nuestra mejor marca, o si está por venir.”
Así que disfruta del proceso.
Porque al final, eso es lo que nos queda de todo esto.
No necesitas ser el de antes para seguir corriendo.
Solo necesitas ser tú, hoy, con lo que tienes.
Y eso, muchas veces, es más que suficiente.
¿Y tú, querido corredor? ¿Te comparas con tu “yo del pasado”?
Escríbeme y cuéntamelo a: hola@correr.run
Que pases un gran día
Mariano
PD: Muchos creen que correr es solo poner un pie delante del otro. Pero correr también es conversar contigo. Y en esa conversación, a veces, aparece el tú de antes.
Únete a la newsletter que leen cientos de corredores populares
Motivación diaria en tu buzón para correr más y mejor