No sé en qué momento pasó, pero correr se convirtió en otra cosa.
Ya no es solo salir a despejarse. Ahora quieres mejorar. Medir tus ritmos. Superarte.
Y ahí empieza el problema: haces todo lo que se supone que hay que hacer… pero no ves resultados.
Corres. Entrenas. Pero no mejoras.
A ver si esto te suena:
Sales 3 o 4 días por semana. Haces tus rodajes.
Pero los ritmos no bajan. Te fatigas igual que siempre. Y para colmo… empiezan a aparecer molestias.
Frustra, ¿verdad?
Entrenas, entrenas, parece que haces todo bien pero… los resultados no llegan.
¿Y sabes qué?
A veces es por cosas tan simples como estas:
1/ Estás corriendo mucho… pero entrenando poco.
Corres, sí. Pero sin estructura. Sin sentido.
Rodajes todos iguales. Mismo ritmo. Mismo plan: ninguno.
Y correr por correr no es entrenar.
Así lo único que haces es “entrenar” la improvisación, no el rendimiento.
2/ Te saltas el entrenamiento de fuerza.
Lo entiendo: a los corredores nos gusta correr. Y la fuerza da pereza.
Pero sin músculos fuertes y buena movilidad, solo estás comprando boletos para las lesiones, la fatiga… y la frustración.
Y no: tres sentadillas mal hechas cuando te duele algo no cuentan como entrenar fuerza.
3/ No le das tiempo al cuerpo a adaptarse.
Quieres resultados ya.
Así que pruebas cosas nuevas cada semana. Copias entrenos de otros. Ajustas según cómo te sientes…
¿Y al final?
Tu cuerpo no sabe ni lo que estás haciendo.
Mejorar lleva tiempo. Pero sobre todo, estructura. Y eso, no se improvisa.
¿La solución?
Entrenar con cabeza.
Y si no quieres seguir haciendo todo a lo loco, si quieres mejorar tu rendimiento de verdad, necesitas un entrenamiento hecho para ti.
Si quieres que te eche un cable escríbeme a hola@correr.run y veo como puedo ayudarte.
Que pases un gran día
Mariano
PD: Esto no va de correr más. Va de correr mejor. Si ahora mismo sientes que estás estancado, quizá es el mejor momento para dejar de improvisar.
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