El otro día estaba leyendo un post de Marcos Vázquez (Fitness Revolucionario), un tipo que sabe un montón de salud, entrenamiento y mentalidad.
Y sacó un concepto que me encantó:
Holgura.
Vivimos en la era de la productividad extrema.
Cada minuto tiene que ser aprovechado, optimizado, rentabilizado…
Si no estamos ocupados siendo súper eficientes, sentimos que estamos perdiendo el tiempo. Pero ojo, esa obsesión por la eficiencia puede acabar pasándote factura.
Porque si no queremos terminar más quemados que la moto de un hippie, necesitamos aprender a dejar espacio para respirar.
¿Y esto qué tiene que ver con correr?
Pues que entrenar sin descanso como si no hubiera un mañana no te hará más fuerte. Te hará más propenso a las lesiones.
Que intentar hacer los entrenamientos “perfectos” cada día es una trampa mental. Todos tenemos días buenos y días en los que simplemente no sale nada. Y eso es normal.
Que si no descansas bien y sigues tirando del carro solo por “sacar el entreno”… te estás comprando un billete directo a la fatiga crónica (de esto sé bastante, créeme).
Por eso, tanto en el entrenamiento como en la vida, necesitamos margen.
Muchas veces, la mejora ocurre en esos espacios donde nos permitimos aflojar.
No siempre te vas a sentir al 100%, no siempre vas a clavar los entrenamientos. Pero eso no significa que no estés avanzando.
Y aquí está la clave: escuchar a tu cuerpo y darte esa “holgura” es lo que te hará mejorar a largo plazo.
Así que no te fustigues si un día no puedes entrenar como te gustaría. No te sientas mal si necesitas un día extra de descanso. Lidiar con estos imprevistos es parte del juego.
Y recuerda:
Darse espacio no es perder el tiempo. Es ganar en vida.
Y en un mundo que nos empuja a ser máquinas de productividad, aprender a bajar el ritmo es un acto de resistencia.
Ahora dime tú…
¿Dejas holgura en tus entrenamientos o sigues en el modo «todo o nada»?
Escríbeme y cuéntamelo a hola@correr.run
Que pases un gran día
Mariano
PD: Hay que escuchar al cuerpo. La holgura es parte del progreso.
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