Hoy vengo con un tema que me tiene intrigado.
Porque aunque correr parece sencillo (ponerse las zapas y listo), la realidad es que hay más mitos que kilómetros mal medidos en Strava.
Y lo peor es que muchos de esos mitos… todavía los creemos.
Así que por aquí van 6 de los más comunes, para que no te frenen a la hora de mejorar:
Mito 1: “Correr más es mejor que hacer fuerza”
Error. La fuerza no es opcional. Es lo que mantiene músculos y tendones en su sitio.
Sin ella, tarde o temprano algo se rompe. Sí, sé que lo que nos mola es correr, pero si quieres hacerlo muchos años (y con menos lesiones), toca meter fuerza en la ecuación.
Spoiler: también vas a correr más rápido.
Mito 2: “No hace falta comer después de correr”
Aunque no tengas hambre tras un rodaje fuerte, tu cuerpo necesita gasolina. Si no repones, la recuperación se vuelve eterna.
Esto lo aprendí a base de palos… comer después de entrenar hace que recuperes antes y llegues al siguiente con más energía.
Mito 3: “Las agujetas son culpa del ácido láctico”
No. El lactato no es el malo de la película, al revés: es energía. Las agujetas vienen de microlesiones por esfuerzos nuevos.
Así que no le eches la culpa al ácido láctico, échale la culpa a tu ansia de hacer más de la cuenta de golpe.
Mito 4: “Los geles siempre sientan mal”
No es el gel, es que no se entrenan. El estómago también se acostumbra. Empieza poco a poco y verás cómo mejora la cosa.
Eso sí: las pruebas, siempre en entrenos largos… nunca en carrera. (Los experimentos, como la gaseosa: en casa).
Mito 5: “Lesión = reposo absoluto”
A veces sí, pero no siempre. En muchas lesiones, moverse (adaptado) ayuda más que quedarse en el sofá.
Siempre hay alternativas: bici, elíptica, fuerza del tren superior… algo se puede hacer casi siempre.
Mito 6: “Los buenos corredores entrenan fuerte todos los días”
Ni los olímpicos hacen eso. La clave está en los contrastes: días duros y días suaves. Ahí es cuando vienen las adaptaciones, no en ir siempre “a fuego”.
En resumen: no te dejes atrapar por estos mitos.
Correr ya es lo bastante duro como para encima cargar con creencias que más que ayudarte… te frenan.
Y tú, querido corredor…
¿Cuál de estos mitos te has creído alguna vez?
Te leo en hola@correr.run
Que pases un gran día
Mariano
PD1: Yo confieso: durante años creí lo del ácido láctico. Así que si tú también lo pensabas… estamos empatados.
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