A veces, sin darte cuenta, te lías.
Empiezas a correr más, a mirar el reloj, a meterte en retos…
y se te olvida por qué empezaste.
Te metes en bucle.
Y cuando te das cuenta, correr ya no te está dando lo que te daba al principio.
Ni disfrute, ni claridad, ni paz.
Por eso, conviene parar un momento.
Volver a la esencia.
Volver a los principios.
Así que por aquí van 5 aprendizajes que nunca viene mal recordar:
1/ Las carreras populares son un imán.
¿A qué me refiero con esto?
Pues que al principio empiezas a correr por salud, por sentirte mejor…
Pero luego te pica el gusanillo y te ves apuntado a todas las carreras habidas y por haber.
Tranquilo, nos ha pasado a todos.
La adrenalina que da ponerse un dorsal es adictiva.
No sé si es por el ambiente, la ilusión que se contagia o ver a otros corredores con tanta pasión.
Prepárate: vas a acabar marcando fechas de carrera en el calendario como si fueran fiestas nacionales.
2/ No todo es cuestión de correr más.
Este es uno de los errores más comunes.
(Y sí, yo el primero.)
Correr, correr, y nada más que correr.
Pero si quieres progresar, hay que meter variedad:
Series
Entrenamiento de fuerza
Y sí, también descanso
Como un buen guiso: hacen falta todos los ingredientes para que salga bien.
Y eso es lo que te da resultados… y te hace disfrutar del camino.
3/ Correr no solo trabaja el cuerpo.
Esto de correr no solo te reta físicamente.
También te pone a prueba mentalmente.
Y los días que menos apetece salir…
son, curiosamente, los más importantes.
¿Por qué?
Porque ahí aprendes a dominar la cabeza.
A mantener la motivación incluso en esos días grises que todos tenemos.
No subestimes el poder de un buen diálogo interno mientras corres.
4/ El equipo importa (pero menos de lo que crees).
A ver, correr no tiene una gran barrera de entrada.
Las zapas son básicas (porque son la herramienta de trabajo y hay que cuidar las articulaciones), pero mira:
Zapatillas: 150 €
Pulsómetro: 350 €
Cortavientos: 90 €
No me digas que no tienes dinero para apuntarte al gimnasio o pillarte algo de material para entrenar fuerza en casa.
Como en todo, es cuestión de prioridades.
5/ No todo dolor es bueno.
Escucha a tu cuerpo.
Si algo duele de una manera que no se siente bien… probablemente no lo esté.
Y si sigues corriendo con eso, lo vas a agravar.
Forzar una lesión no te hace más fuerte.
Solo te hace estar más lesionado.
Aprende a distinguir entre el dolor del progreso y el dolor de una lesión que viene en camino.
En resumen:
Correr puede ser tan sencillo o tan complicado como nosotros queramos.
Es un viaje.
Y tiene algo que engancha.
Una vez que empiezas… es difícil parar.
De ti depende cómo quieres que sea ese viaje.
Si necesitas que te eche un cable, escríbeme a hola@correr.run
Que pases un gran día
Mariano
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