Una de las cosas que más preocupa a los corredores es el tema de las pulsaciones.
Sobre todo en carrera.
Y es normal. A todos nos ha pasado alguna vez lo de mirar el reloj, ver las pulsaciones disparadas… y empezar a pensar lo peor:
“¿Estoy corriendo demasiado fuerte?”
“¿Me va a dar algo?”
“¿Por qué voy a 180 si no estoy ni en la mitad?”
Pero ojo, tener las pulsaciones altas no es malo per se.
(No hablamos aquí de gente con alguna patología cardiovascular, claro).
Lo que significa un pulso alto muchas veces es que le estás pidiendo al cuerpo un esfuerzo real, algo fuera de lo habitual.
Y eso, muchas veces, es justo lo que toca.
Forma parte del entrenamiento.
¿El problema? Que muchos corredores:
– Bajan el ritmo en cuanto lo ven
– Se agobian
– Se piensan que algo va mal
Y la realidad es que no va mal.
Solo va exigente.
Es normal llegar a 180 o incluso 190 pulsaciones si estás en un entrenamiento fuerte.
Lo importante no es asustarse, sino interpretarlas bien.
¿En qué sentido?
– ¿Estás haciendo series cortas y rápidas? El pulso se dispara.
– ¿Hace calor y humedad? El sistema cardiovascular trabaja más.
– ¿Has dormido poco o estás fatigado? Tu cuerpo lo nota.
– ¿Estás entrenando en zona 4 o 5? Pues eso.
No es cuestión de pánico, es cuestión de contexto.
El pulso alto solo es un problema cuando no sabes por qué pasa o no sabes cómo manejarlo.
Por eso es clave conocer tus zonas de entrenamiento según la frecuencia cardíaca, para entender qué estás trabajando en cada momento.
Así que si te interesa saber cuáles son tus zonas con sus pulsaciones y ritmos… escríbeme y te paso una mini calculadora para que lo tengas todo claro.
Que pases un gran día
Mariano
PD1: El reloj mide el pulso, pero tú decides cómo interpretarlo.
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