Contexto.
Como casi todas las mañana salgo a correr temprano.
Y cuando digo temprano es casi casi poniendo las calles (porque todavía no me han aceptado en el club de las 5)
Correr es la mejor manera de empezar el día (haciendo lo que más me gusta).
Además (no sé si te pasará a ti) pero el día que no corro como que me falta algo, es un día incompleto.
El caso (que me voy por las ramas) es que hoy vengo contarte una historia un poco triste, pero con final feliz.
El otro salí a hacer los 14 kilómetros de la suerte.
Y en mi camino hacia La Dehesa de la Villa (el mejor parque para correr del mundo) tengo que cruzar, por una parte, del parque del Oeste.
Estaba rodando tranquilamente cerca del Intercambiador de Moncloa…
Cuando de repente dos chicas se ponen a mi misma altura y comienzan a correr conmigo.
Me quedo un poco extrañado con el comportamiento.
Una de ellas me dice: ¿Podemos correr contigo?
Yo les digo que, por supuesto, que no hay ningún problema.
La cosa es que estas chicas volvían de fiesta y les daba miedo pasar, por una parte, del Parque del Oeste.
Es una zona por donde se hacen botellones y que a determinadas horas no es muy recomendable pasar.
Yo les eché un cable y las acompañé corriendo hasta casi su colegio mayor.
Las chicas se despidieron y se fueron a descansar tranquilamente a casa.
Y ¿por qué te cuento esto?
Porque es una pena que estas estudiantes (futuras enfermeras) tenga que hacer esto y no puedan volver solas a casa sin tener ningún problema.
Porque últimamente leo muchas noticias de chicas que se han visto incomodadas o molestadas en sus carreras.
Porque es muy triste que no puedas salir a correr o lo hagas con miedo.
O que no puedas pasar por una zona a determinadas horas
Y tu querida corredora, ¿has tenido algún incidente saliendo a correr?
Si quieres (y te apetece) escríbeme y cuéntamelo a hola@correr.run
Que pases un gran día
Mariano
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