Mil kilómetros.
Mil parece mucho, pero si lo pones en perspectiva no son tantos.
Por ejemplo:
· Mil kilómetros es haber corrido 20 kilómetros las 52 semanas del año.
· Mil kilómetros es la distancia que hay entre Denia y la Costa da Morte.
· Mil kilómetros es la distancia que hay entre el Cabo de Creus hasta Ayamonte
Y de repente te das cuenta de que le has clavado mil kilómetros a tus zapatillas.
Tus queridas zapas de running que tantas alegrías te han dado, han cumplido su función.
Ha llegado ese momento (aunque se vean bien) que empiezan a fallar la amortiguación, la sujeción o directamente empiezan los dolores al correr.
Has hecho un montón de kilómetros con ellas, te han acompañado por distintos lugares, pero ha llegado el momento de decirles adiós
Y es que renovar las zapatillas es una da las claves si quieres correr durante muchos años.
¿Por qué?
Porque las zapas van perdiendo sus propiedades.
Al recibir impactos se reduce la amortiguación, esto hace que disminuya la estabilidad y el soporte.
Lo que hace que empeore el ajuste al pie.
Vale muy bien… ¿qué consecuencias tiene no cambiar las zapatillas?
Pues mira, si no las cambiamos podemos sufrir dolores en las articulaciones, tendinitis o periostitis.
Pero es que además la falta de amortiguación aumenta el estrés en las rodillas, tobillos y cadera.
Incluso cambia la manera de correr causando torceduras o esguinces.
Lo que te recomiendo es que no apures las zapatillas, que a los mil kilómetros las jubiles, es una forma sencilla de ahorrarte lesiones.
Otro truco es la rotación, tener por lo menos 2 pares e ir alternando.
Incluso te diría que tengas zapatillas para rodar (para hacer la mayor parte de kilómetros de la semana) y otras para competir.
Al final lo barato sale caro.
Si quieres que te eche un cable para ver que zapas puedes tener en rotación y así evitar problemas, escríbeme a hola@correr.run
Que pases un gran día
Mariano
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