Esta semana es el Maratón de Valencia.
Y hoy quiero contarte una de mis grandes cagadas (sí, también las tengo) y la razón por la que no terminé el maratón.
Te pongo en contexto:
Había hecho una preparación de 10.
Tenía las piernas listas para atacar el sub-3 horas.
Vamos, que estaba más motivado que un lunes de rebajas.
Peeero…
La lie parda con la estrategia de geles en el maratón.
Iba corriendo con el globo de las 3 horas (y eso parecía el Primark en Navidad) un caos de gente.
El ritmo, eso sí, perfecto. Estaba clavando los kilómetros como un reloj suizo.
Hasta que llegó el kilómetro 38.
Me tomé el último gel, y…
¡Ay, amigo! La fiesta empezó.
El gel no me sentó bien, me dio un subidón de azúcar tremendo, y mi cuerpo dijo:
“¿¡Pero qué es esta explosión de azúcar!?”
Para arreglarlo, el cuerpo soltó insulina como si no hubiera mañana.
Y, claro, todo lo que sube baja.
Y ¡qué manera de bajar!
Resultado: hipoglucemia de campeonato.
Me quedé tirado. Se acabó el maratón para mí.
Ahora, ¿por qué me pasó esto?
Porque no tenía una estrategia de geles clara.
En un 10K o una media maratón puedes improvisar un poco, pero en un maratón eso es jugar con fuego.
Porque no probé los geles antes en los entrenamientos.
Error de novato.
En un maratón pueden pasar mil cosas, y tienes que entrenar y planificar TODO si no quieres sorpresas o cagadas como esta.
Con los años he aprendido qué me sienta mejor, qué me da energía de forma estable (sin subidones ni bajones) y cómo evitar sustos.
¿Quieres que te eche un cable? Escríbeme a hola@correr.run y te ayudo a elegir los geles y a planificar tu estrategia para el maratón.
Que pases un gran día
Mariano
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